Dosis de ti

Al día de hoy siento que me he equivocado, pero dime entonces quién carajos eres, cómo sé cuando estás presente, cuando estás en alguien. Me he cuestionado ello durante los últimos tres mil días de mi vida, me lo cuestiono cada que se levantan de la cama y dejan su deseos satisfechos entre las sabanas, no muy blancas, después de cada noche. De chico siempre creí que era más fácil expresarse, siempre que te gustaba alguien sólo lo decías y ya, sin tanto miedo al rechazo, sin tanto tapujo. Ahora, lleno de inseguridades, lleno de miedos e incertidumbres me he mutilado a mí mismo, ahora siento que es más fácil tirar como cualquier animal, sin raciocinio alguno, llevado por el deseo, satisfacción, esa es la palabra. No me siento lo suficiente para a alguien, desde hace un buen tiempo hacía aquí siento que me falta una pieza, una que nadie llena, una que tal vez ni exista, pero sí que lo siento.

Con el pasar del tiempo he creado un concepto, tal vez erróneo, de lo que eres, me he envuelto en tantas sabanas, tantas que he perdido la cuenta ya, tantas noches en las que equívocamente pensé encontrarte, cuán irreal ha sido todo ello, cuán fantasiosos han sido mis anhelos, ¡ay amor! Que te me escapas como el agua entre las manos, ya ni Cupido te trae a mí, amor, amor, vaya cosa rara que eres, alegría de muchos, decepción de otros tantos.

Por: Edson Andrés Londoño

«Nunca oí el silencio tan alto, nunca sentí tanto frío en verano, nunca sentí tanta soledad en compañía. Y es que hoy nada es lo que fuimos, hoy somos la sombra del recuerdo, viviendo en ellos, sin futuro alguno. No sabía que el amor podía herir, camino ciego; las voces del ayer retumban en mi mente recordándome que siempre… que siempre estarás en mí.»

Por: Edson Andrés Londoño

Muriendo en vida

Nunca habría sospechado que estaría en esta situación, jamás habría pensado que aquel amor me llevaría a esto, cuan ingenuo fui, el entregar el corazón no es bien visto por estos días, el amar ha sido devaluado a nada, nunca hubiese pensado que dejarías una herida tan grande en mi alma, ha sido un vacío constante, una agonía eterna, te has llevado gran parte de mi juventud.

He iniciado un par de veces, nunca he sido capaz de reiniciarme, capaz de olvidar, capaz de borrar el miedo que siento al ser yo, el pavor que siento por ser lastimado, no he sido capaz de volver a saltar a ciegas, esperando, confiando en que alguien me detendrá, el recuerdo del abandono siempre está; pensé encontrar el amor, su precio estuve dispuesto a pagar, no alcancé, he entendido que el dolor es la manifestación fallida del amor. ¡¿Dónde estás viejo yo?! ¡Te extraño! Extraño el cómo nos reíamos, el cómo éramos felices,  el cómo sin hipocresía mostraba una sonrisa, sin miedo a nada, sin pensar en las heridas.

Ahora camino sin rumbo alguno, preguntándome qué haré, qué podré esperar del mundo, de las personas que a mí se acercan, lo he intentado, por Dios que sí lo hecho, he rogado que se aparte de mí todo miedo, mis oraciones no han sido escuchadas. Y es que sí, las historias de amor sí existen, pero más vale no creer en ellas, no todos están dispuestos a vivirlas.

Por: Edson Andrés Londoño