«Y duró más el café de media tarde que nuestro amor, pero ¡Y qué café y qué amor! No hay ya lugar para arrepentimientos, nuestras vidas fueron aquellos minutos, el tiempo pasó al soplo del viento. Incrustada en mi corazón, aún se dibuja una sonrisa en mi rostro cada que se viene a mí tu recuerdo.»