Caminemos

¿Te puedo decir algo? Te he estado pensando más de lo debido, cierro mis ojos y ahí estás, me has hecho reír más de lo que jamás lo hice,  haz estado haciéndome creer en un mundo diferente; aún así tengo miedo, miedo de pensar que puedas convertirte en un recuerdo. Y es que ya no quiero abrir el corazón, ya no quiero más grietas, ¿prometes no hacerme daño? No puedes prometer un futuro, estamos caminando a ciegas, con la intuición. Sí, tengo miedo, tengo miedo a estar sin ti, a estar contigo, a sufrir, tu abandono, tu compañía, tengo miedo a muchas cosas, y aún así estoy dispuesto a lanzarme, siento que algo ha cambiando, el viento ahora resopla con mayor intensidad, ¿lo has hecho tú? ¿Es por ti?

Es increíble, todas las cosas que puedo pensar con sólo verte, te sujeto la mano un poco más fuerte, me miras, te beso, y mientras caminamos nuestras huellas se van dibujando sobre el suelo. Y es que después de todo, los amores escritos sobre la playa jamás se olvidarán, de nunca acabar, todo quedará escrito en cada grado de arena, de sal, en cada rayo de sol que sobre nosotros se posan, en el mar que frente a él nos entregamos. Caminemos, no queda nada más, caminemos… juntos.

Por: Edson Andrés Londoño

Muriendo en vida

Nunca habría sospechado que estaría en esta situación, jamás habría pensado que aquel amor me llevaría a esto, cuan ingenuo fui, el entregar el corazón no es bien visto por estos días, el amar ha sido devaluado a nada, nunca hubiese pensado que dejarías una herida tan grande en mi alma, ha sido un vacío constante, una agonía eterna, te has llevado gran parte de mi juventud.

He iniciado un par de veces, nunca he sido capaz de reiniciarme, capaz de olvidar, capaz de borrar el miedo que siento al ser yo, el pavor que siento por ser lastimado, no he sido capaz de volver a saltar a ciegas, esperando, confiando en que alguien me detendrá, el recuerdo del abandono siempre está; pensé encontrar el amor, su precio estuve dispuesto a pagar, no alcancé, he entendido que el dolor es la manifestación fallida del amor. ¡¿Dónde estás viejo yo?! ¡Te extraño! Extraño el cómo nos reíamos, el cómo éramos felices,  el cómo sin hipocresía mostraba una sonrisa, sin miedo a nada, sin pensar en las heridas.

Ahora camino sin rumbo alguno, preguntándome qué haré, qué podré esperar del mundo, de las personas que a mí se acercan, lo he intentado, por Dios que sí lo hecho, he rogado que se aparte de mí todo miedo, mis oraciones no han sido escuchadas. Y es que sí, las historias de amor sí existen, pero más vale no creer en ellas, no todos están dispuestos a vivirlas.

Por: Edson Andrés Londoño

Melancolía

Y fijé mi mirada en el cielo, fui uno con el firmamento. ¡Qué hermoso! ¡Qué bello! Noche entera de ensueño, la luna tan perfecta, tan leal, melancólico cuerpo celestial. Aún con todas sus estrellas y estaba tan sola como yo, esperando siempre a encontrar un sueño poco real. Sentí  enojo, celos  de saber que ella te podía ver, pero tú no eras su amor.

Luna, hermosa luna, resignada a la perdida, el tiempo te hizo fría, ahora estamos iguales, yo aprendiendo y tú… tú ya nada esperas. Luna, hermosa luna. Enséñame a olvidar, no quiero sufrir más, su luz se posó en mí y como susurrando se acercó a mi oído, “pequeño ya nada puedo hacer. Pequeño soñador, los días pasarán, recordarás pero el dolor poco a poco desvanecerá”.

Por: Edson Andrés Londoño