El viaje

El viaje requiere un equipaje ligero, no hay espacio para ti, no hay cabida para tus recuerdos, me pesan en el alma, melancolizan mi vida.

Hoy no quiero mirar atrás, no quiero más cuestionamientos, hoy dejo huellas, te dejo de lado, hoy te dejo en el pasado, aquel lugar al que perteneces. Ya he caminado por suficientes vidrios rotos, es tiempo de decir adiós, te dejo con un nudo en la garganta, no te miento, he herido mi alma por mucho tiempo, me he torturado al no dejarte ir, me he atormentando guardándote en mi mente y corazón.

He de decir que convertiste mis deseos en dolor, siempre pensé que algo mejor habría de llegar, nunca sucedió, una montaña de cemento aplastó mi utópica realidad, traías más espinas de las que pensé, mis lastimadas manos no pudieron sostener el sueño que alguna vez soñé. Adiós, te dejo aquí, vuela alto, más nunca vuelvas, que la vida cambie tu vida y que otra vida llegue a la tuya.

Por: Edson Andrés Londoño

Inicio infinito

Siempre he odiado los finales inconclusos, esos que te dejan con zozobra, con un nudo en la garganta. Siempre he odiado esos finales que no se leen como finales, aquellos finales forzados, de esos que quedan en puntos suspensivos, aquellos que dejan el faro encendido, esos que te destrozan y te avivan al mismo tiempo, esos que queman y alivian. Siempre he odiado a las personas que se convierten en lo que tú eres para mí.

He de decir que con el tiempo te has convertido en un no final, de esos recurrentes, un círculo en el que me paseo una y otra vez, ¿qué será? Me he odiado un par de veces, te he maldecido unas cuantas más. He maldecido el haberte conocido, he maldecido el haberte tocado como lo hice, besarte como te besé, desearte como te deseé, dibujar en tu piel un futuro, sentir el calor de tu ser. He odiado las promesas inconclusas que alguna vez se dijeron, odio aquellas palabras que profesaban amor, ¿no te das cuenta cómo me has dejado? Acaso no te das cuenta de que no quiero caminar junto a nadie más, no quiero sostener la mano de alguien diferente a ti, no quiero despertar con otro rostro que no sea el tuyo. ¿Cómo te atreves a dejarme aquí? El corazón se me parte en mil y a ti no se te da nada… por favor, vuelve. Eres un final de no acabar… un inicio infinito.

 Por: Edson Andrés Londoño

No más

Me odio, odio cada parte en mí, odio el maldito reflejo que se posa en el espejo cada que estoy  frente a él. Odio todo en mí, odio mis pensamientos, desprecio mis emociones. Me he cansado de andar a la deriva, me he cansado de caminar. Odio el sentimiento de vacío que cada mañana tengo en el pecho, odio tener que fingir una maldita sonrisa, odio no poder decirles cuantos les odio, odio aparentar que todo está bien, les aborrezco a todos y cada uno, me producen nauseas, no les soporto, odio sus malditos saludos hipócritas, odio sus malditas sonrisas de mierda. Odio sus malditas palabras tratando de reconfortarme, odio su falso interés, me repugnan.

He visto tantas veces mi muerte, he imaginado de cuantas maneras pudiese suceder, quiero volar de puentes, quiero sentir el filo, oír el sonido de la nada. Quiero que todo acabe, quiero ver mis malditos sesos volar. Me siento cansado de levantarme así, de no vivir, nada es vida y me pregunto qué será la vida entonces. No aguanto otro día más, no quiero estar así. Me ahogo con las palabras, mis emociones son cemento en el ser. Ya no tengo la magia, me perdí en este camino oscuro.

Por: Edson Andrés Londoño