Los rompecorazones

Entonces pude atravesar su fría mirada, pude cruzar sus cristalizadas pupilas, miré más allá de lo que ella me lo permitió, la descubrí, sentí todo el calor que guardaba dentro, sentí el dolor que la atormentaba cada día, vi cada lágrima que su melancólica alma derramó, pude conocer todo lo que era por dentro de ese armazón, ese muro que había construido después de tantas decepciones, ella me abrió sus puertas y me convirtió en su guardián; nunca la defraudaría, jamás se me cruzaría el herirla.

¿En qué momento nos convertidos en aquello que dijimos nunca seriamos? Todos somos unos rompecorazones, todos sufrimos y hacemos sufrir. En este momento recuerdo como su corazón latía con más fuerza cuando estábamos juntos, yo la abrazaba, nada le volvería a suceder, eso le prometí, eso le incumplí, la abandoné, me odié, yo cambié y ella también lo hizo, ella se enamoró y yo quedé  errante, vagando por el crudo desierto del karma.

     Escrito por: 

                      Edson Andrés Londoño

La vida

He sentido el amor, he sentido la soledad, he sentido el desprecio tras el espejo, he sentido tantas emociones juntas que ya nada queda en mí. Ahora creo en todo y al mismo tiempo en nada, me siento frágil, insensato y terco, estoy aparcado bajo la sombra del árbol de mi vida, siento que ya nada es. Las lágrimas rodean el rostro que unos minutos reía, la tristeza viste a quien desbordaba alegría.

¿Cómo poder explicar aquello que se siente? ¿Cómo se puede explicar aquello que destroza e hiere? No sé qué sentir, tiemblo, lloro, me odio, me amo, todo vuelve a ser lo mismo. Siento como el frío llega hasta el tuétano, como la inestabilidad vive en mí, siento que nada es lo que creo sentir. Empiezo a extrañar aquello que no he sentido, dando vueltas en espiral, vuelvo y vuelvo a pasar por la misma situación, caigo, me levanto, camino, corro, callo, pienso, siento,  todo vuelve a empezar; y sin más en qué pensar o qué sentir todo se resume al mismo vacío, todo se resume a los pedazos de mí, y es que después de todo no sé por qué siento al alma partida.

Escrito por: 

                    Edson Andrés Londoño