Cuéntales

Cuando todo está hecho no hay nada qué hacer, todos los porqués son nulos, se vuelve al inicio, a un cero… Hasta me es gracioso el tan sólo pensarlo, a decir verdad nada vuelve a ser lo mismo, una grieta que nunca se cierra, un vacío que sólo se aprende a tolerar. No es posible destruir un sentimiento, este sólo disminuirá en intensidad, con el tiempo cesará, pero en cuanto este tiempo no se cumpla viviremos desolados en el desierto más recóndito de nuestro ser, envueltos en la arena de la desilusión; que extraño es todo, como un ‘cualquiera’ se convierte en un ‘necesario’.

Son los momentos, todos y cada uno ellos los que hacen mutar nuestros sentimientos, son ese puente entre el gusto y el querer, son estos los que hacen aflorar esa sensación responsable de las mariposas. Es el tiempo quien hace que todo suceda y acabe, paradójico es que el corazón no lo entienda, que tonto, absurdo desde la lógica, y es que aún siento cada beso dado, tortuoso es desear una caricia, doloroso en determinada forma el mirarme al espejo y recordar, recordar que fui feliz, que lo fui contigo, que no me importaba nada más, solo tú, con todas y cada una de tus imperfecciones y errores, ahora puedes decirles, diles, a cada uno de tus demonios que temo, miedo siento al preguntarme quién les amará tanto como yo.

     Escrito por: 

                      Edson Andrés Londoño