Fantasma

Siempre le tuve miedo a los fantasmas, me asustaban, de chico me cubría de pies a cabeza para ocultarme, ahora… ¿cómo me oculto de ti? Eres de los que fantasmas nunca pensé existirían, no asustas el cuerpo, estrujas el corazón y el alma.

Hola fantasma, a ti te escribo, con dolor en el pecho, ¿cómo has sido capaz? Estás y no estás, apareces y desapareces a tu antojo, siempre sólo con el mismo deseo de asustarme, de hacerme más próximo a ti y luego alejarte; siempre lo haces a tu manera. ¡Vaya idiota que soy! Siempre me lo he dicho, no sé cómo apartarte de mí, los viejos trucos no funcionan, si me veo al espejo para exorcizarte nada pasará, más te aferras.

Me he embarcado en los libros de hechicería, no quiero seguir bajo este embrujo, ¿qué clase de ser eres? ¿Disfrutas el torturarme de esta forma? Por favor detente, y es que cada  día vivo deseando que aparezcas, que no te olvides de mí, cada día anhelo que nunca te marches, pero ello no sucede, a decir verdad nunca llegas. Mis amigos me han dicho que encienda las luces, así nunca llegarás y no causarás más daño, mis amigos dicen muchas cosas, que los humanos y los seres sobrenaturales nunca podrían estar juntos, yo te pregunto ¿es verdad? ¿Entonces es sólo un juego lo que tienes? ¿Jugar con un simple mortal hasta dejar desahuciado todas sus ganas de amar? No puedes ser tan cruel… me lo repito una y otra vez.

Fantasma… llega por favor, ¿por qué no eres como antes? ¿qué treta tenías entre manos? No sé en qué momento empezaste a revelar tu ser, no eras un ente cuando te conocí, juro que en algún momento pude ver tus carnes, tu humanidad, ahora mismo y después de estar ahogándome de deseo por ti, tan sólo tengo un vago recuerdo de lo que eras. Mis amigos me dicen que ya debo parar, que eres de los seres que consumen la vitalidad y se marchan, dejando a su paso desolación y una tristeza inmensa, y yo me empecino en que no eres así, ¿recuerdas a Casper? Así eres para mí, muéstrate y dime que eres como él, engañame un poco más si es necesario, no quiero despertar, siempre duele y siento que ya no puedo soportar más.

Querido fantasma… como mortal no tengo toda la eternidad, sólo un par de minutos sobre esta faz. Dime… ¿me acompañarías en esta travesía hasta cruzar?

Por: Edson Andrés Londoño

Caminemos

¿Te puedo decir algo? Te he estado pensando más de lo debido, cierro mis ojos y ahí estás, me has hecho reír más de lo que jamás lo hice,  haz estado haciéndome creer en un mundo diferente; aún así tengo miedo, miedo de pensar que puedas convertirte en un recuerdo. Y es que ya no quiero abrir el corazón, ya no quiero más grietas, ¿prometes no hacerme daño? No puedes prometer un futuro, estamos caminando a ciegas, con la intuición. Sí, tengo miedo, tengo miedo a estar sin ti, a estar contigo, a sufrir, tu abandono, tu compañía, tengo miedo a muchas cosas, y aún así estoy dispuesto a lanzarme, siento que algo ha cambiando, el viento ahora resopla con mayor intensidad, ¿lo has hecho tú? ¿Es por ti?

Es increíble, todas las cosas que puedo pensar con sólo verte, te sujeto la mano un poco más fuerte, me miras, te beso, y mientras caminamos nuestras huellas se van dibujando sobre el suelo. Y es que después de todo, los amores escritos sobre la playa jamás se olvidarán, de nunca acabar, todo quedará escrito en cada grado de arena, de sal, en cada rayo de sol que sobre nosotros se posan, en el mar que frente a él nos entregamos. Caminemos, no queda nada más, caminemos… juntos.

Por: Edson Andrés Londoño

Dosis de ti

Al día de hoy siento que me he equivocado, pero dime entonces quién carajos eres, cómo sé cuando estás presente, cuando estás en alguien. Me he cuestionado ello durante los últimos tres mil días de mi vida, me lo cuestiono cada que se levantan de la cama y dejan su deseos satisfechos entre las sabanas, no muy blancas, después de cada noche. De chico siempre creí que era más fácil expresarse, siempre que te gustaba alguien sólo lo decías y ya, sin tanto miedo al rechazo, sin tanto tapujo. Ahora, lleno de inseguridades, lleno de miedos e incertidumbres me he mutilado a mí mismo, ahora siento que es más fácil tirar como cualquier animal, sin raciocinio alguno, llevado por el deseo, satisfacción, esa es la palabra. No me siento lo suficiente para a alguien, desde hace un buen tiempo hacía aquí siento que me falta una pieza, una que nadie llena, una que tal vez ni exista, pero sí que lo siento.

Con el pasar del tiempo he creado un concepto, tal vez erróneo, de lo que eres, me he envuelto en tantas sabanas, tantas que he perdido la cuenta ya, tantas noches en las que equívocamente pensé encontrarte, cuán irreal ha sido todo ello, cuán fantasiosos han sido mis anhelos, ¡ay amor! Que te me escapas como el agua entre las manos, ya ni Cupido te trae a mí, amor, amor, vaya cosa rara que eres, alegría de muchos, decepción de otros tantos.

Por: Edson Andrés Londoño