La luz se abre espacio por la persiana, como si nos estuviese dando los buenos días y obligando a que nos levantemos, yo por mi parte me rehúso a ello, me volteo y me quedo mirándote, no sé si es muy notoria mi cara de estúpido cada que te veo, me encanta observarte, cada detalle, cada cosa en ti es perfecta para mí, tu cabello, tus ojos, tu nariz, tus labios, tu piel, todo, diré que puedo estar enamorado, diré que hace tiempo no me sentía así con alguien, ¿me debo asustar? Los sentimientos son cosas extrañas, misteriosas de comprender, algunas veces tenemos miedo de encontrarlos pero siempre serán una experiencia que contar.
Como si supieras que te estoy observando empiezas a despertar, me encantas. <<Buenos días>> dices, tu voz me vuelve loco, la forma en que pronuncias cada silaba, cada palabra, quiero comerte a besos. ¿Por qué el sexo con cariño es tan placentero? Esas ganas de tener a la otra persona es increíble, cada beso es como si te estuvieses quemando, cada cariño es indescriptible, recorrer la piel con los labios es mágico.
Te levantas, tomas una sabana y sales del cuarto, yo me quedo tirado en cama, mirando al techo, pensando en nada y en todo, tratando de repasar el hecho de que estemos juntos, sonrío como idiota. Después de quedarme unos cuantos minutos me levanto, voy a la sala, tú vas saliendo del baño, te juro que me encantas, a mí manera, me acerco mientras tú intentas entrar a la habitación, te beso, amo morderte, verte la piel marcada; corres a la habitación, te sigo, lo hacemos de nuevo, te vistes, te desvisto, te beso, me haces tuyo y yo a ti, me haces feliz, esta utopía me agrada vivirla.
Debo decir que haces de mí alguien mejor, tu ser ánima al mío; te veo desde el balcón mientras haces el desayuno, para ti café y para mí jugo de naranja, besos con sabor a café, besos con sabor a naranja, nos sentamos a disfrutar tu obra culinaria, juro que podría besarte toda mi vida; se nos acaba el tiempo y es hora de marcharnos, el trabajo llama. Mientras el ascensor baja hablamos de las triviales cosas de la vida, llegamos a la puerta, nos damos un beso y cada quien toma caminos distintos.
Cuando llevo un poco más de dos calles tomo mi teléfono y llega un mensaje, no eres tú, la utopía cayó, vuelvo a mi vida, acepto ir, vuelvo a cagarlas, siempre termino follando con más gente, me siento mal y aún así no dejo de hacerlo, te vas de mi lado y dejo de ser aquella persona, a pesar de que contigo me siento diferente, de que contigo todo es perfecto no soy capaz de evitar tirar por diversión, tal vez solo soy uno más, otro que vive con mascara, tal vez… no te amo tal cual lo profeso y me odio por ello.
Escrito por:
Edson Andrés Londoño